Diferenciarme…
De todas las posibilidades existentes en el transcurrir de mi muerte y su atravesamiento, las ausencias apuntan a un lugar aparentemente impenetrable, del otro lado de la Luna, donde nada es brillante y todo permanece velado…
Voces llegan y tratan de seducirme con sus estúpidas demandas… como si yo estuviese aquí todo el tiempo, como si fuera un satélite que imparablemente gira y gira en una órbita sin sentido, alrededor de no se qué fantasmas… y aquí sigo, esperando no se qué Godots… los demás van y vienen, se ausentan eternidades y regresan… visitan aquel lado oculto de la Luna donde mis ojos no alcanzan a simbolizar, imaginar si quiera como es la vida de aquél otro lado… ¡cómo duele eso!
Por ello mismo son diferentes, alienantes, ajenos, otros, inaccesibles… lo que duele más es aceptar que en todo des-encuentro he pretendido anudar un ilusorio cordón umbilical a sus ombligos, para burlar fantasmas y vacíos… para que jamás haya podido ser yo el diferente, el ajeno, el alien, el otro, el inaccesible…
Diferenciarme…
Cuando ese cordón umbilical lo he construido con un A del que me ha regurgitado el engaño de ser un cordón inquebrantable, a prueba de ausencias… y me pasa de que después de días, meses, años… caigo a la cuenta de lo Real de las ausencias de las que había permanecido indiferente…
Creo que por eso, desde niño me ha gustado disfrutar del poder, de la voluntad y sobre todo del deseo de ausentarme… de borrarme literalmente de las psiqués de los demás, es extremo sí… pero solo ese deseo me ha permitido muy burdamente diluir ese cordón y así poder, violentamente, ser ése otro que soy…
La mirada de Sasha se ha ido… así también la de Dios… mi padre… y aquél primer otro… el cordón agoniza ahora, sin poder acariciar a mi gata y recibir el baño sonóro de su ronroneo… el cordón se prende fuego, sin poder fabricar una oración al todopoderoso y recibir su oceánico abrazo… el cordón se va desanudando, sin poder representar la ausencia de mi viejo y recibir aquél reconocimiento que me permitía ser la respuesta al dilema de Hamlet… el cordón cae marchito y cenizo, sin poder enunciar palabra dirigida a lo profundo de una tierra que vio nacer a lo que se significó como amor y recibir el calor fálico que envolvía la materia de la que mis huesos en su profundidad sueñan…
Es el infierno mismo… y las llamas queman mas no consumen… Dante tenía razón… y cuando las llamas guardan silencio, la inconmensurable Nada aparece y en su vacuidad lo succiona todo… Sartre también tenía razón… Dios y todos sus significantes que le remitían han muerto… Nietzsche me lo advertía, también con lágrimas en sus ojos…
Y es así, en una ciudad como ésta, al borde de un infarto social por encontrarse sus arterias saturadas de conflicto e indiferencia… es así, señores y señoras del jurado, en un mundo como éste, ennegrecido por la muerte de niños incapaces de comprender aún, el porqué de un ser como yo, en una tierra alguna vez considerada como santa; es capaz de apretar un botón y dejar caer la ira encapsulada en un trozo de metal, y acabar con la amenaza latente de aquello que es diferente, ajeno, alienante, inaccesible…
Y es así… en la confrontación entre el otro que soy y yo quién no soy… que saturo la arteria que conduce a mi dolor y me dejo caer en la muerte encapsulada en una lágrima, para acabar con lo que mi Otro sembró en mi de diferente, ajeno, alienante e inaccesible…
Es la muerte como castración, como corte, como angustia… Freud, indudablemente tenía razón…
¿La Luna como A?
Creo que en estos tiempos, sería el único A dispuesto a mostrarse completo por sólo un día, sin pena a mostrar la división en su dualidad por otros tantos días más, y sobre todo, la honestidad de mostrar el semblante de su fantasma en la totalidad de su ausencia, cuando es nueva y muestra su negrura… teniendo claro por supuesto, que en realidad no hay un lado oscuro y otro brillante en ella… es en realidad Toda Oscuridad… Pink Floyd, triste y dolorosamente tenía razón…
Al final del mundo… un pequeño otro se asomó tímidamente pero permaneció oculto en su oscuridad… y habló y se develó… sí… Luna siempre tuvo razón; aún cuando de momento se haya equivocado…
De todas las posibilidades existentes en el transcurrir de mi muerte y su atravesamiento, las ausencias apuntan a un lugar aparentemente impenetrable, del otro lado de la Luna, donde nada es brillante y todo permanece velado…
Voces llegan y tratan de seducirme con sus estúpidas demandas… como si yo estuviese aquí todo el tiempo, como si fuera un satélite que imparablemente gira y gira en una órbita sin sentido, alrededor de no se qué fantasmas… y aquí sigo, esperando no se qué Godots… los demás van y vienen, se ausentan eternidades y regresan… visitan aquel lado oculto de la Luna donde mis ojos no alcanzan a simbolizar, imaginar si quiera como es la vida de aquél otro lado… ¡cómo duele eso!
Por ello mismo son diferentes, alienantes, ajenos, otros, inaccesibles… lo que duele más es aceptar que en todo des-encuentro he pretendido anudar un ilusorio cordón umbilical a sus ombligos, para burlar fantasmas y vacíos… para que jamás haya podido ser yo el diferente, el ajeno, el alien, el otro, el inaccesible…
Diferenciarme…
Cuando ese cordón umbilical lo he construido con un A del que me ha regurgitado el engaño de ser un cordón inquebrantable, a prueba de ausencias… y me pasa de que después de días, meses, años… caigo a la cuenta de lo Real de las ausencias de las que había permanecido indiferente…
Creo que por eso, desde niño me ha gustado disfrutar del poder, de la voluntad y sobre todo del deseo de ausentarme… de borrarme literalmente de las psiqués de los demás, es extremo sí… pero solo ese deseo me ha permitido muy burdamente diluir ese cordón y así poder, violentamente, ser ése otro que soy…
La mirada de Sasha se ha ido… así también la de Dios… mi padre… y aquél primer otro… el cordón agoniza ahora, sin poder acariciar a mi gata y recibir el baño sonóro de su ronroneo… el cordón se prende fuego, sin poder fabricar una oración al todopoderoso y recibir su oceánico abrazo… el cordón se va desanudando, sin poder representar la ausencia de mi viejo y recibir aquél reconocimiento que me permitía ser la respuesta al dilema de Hamlet… el cordón cae marchito y cenizo, sin poder enunciar palabra dirigida a lo profundo de una tierra que vio nacer a lo que se significó como amor y recibir el calor fálico que envolvía la materia de la que mis huesos en su profundidad sueñan…
Es el infierno mismo… y las llamas queman mas no consumen… Dante tenía razón… y cuando las llamas guardan silencio, la inconmensurable Nada aparece y en su vacuidad lo succiona todo… Sartre también tenía razón… Dios y todos sus significantes que le remitían han muerto… Nietzsche me lo advertía, también con lágrimas en sus ojos…
Y es así, en una ciudad como ésta, al borde de un infarto social por encontrarse sus arterias saturadas de conflicto e indiferencia… es así, señores y señoras del jurado, en un mundo como éste, ennegrecido por la muerte de niños incapaces de comprender aún, el porqué de un ser como yo, en una tierra alguna vez considerada como santa; es capaz de apretar un botón y dejar caer la ira encapsulada en un trozo de metal, y acabar con la amenaza latente de aquello que es diferente, ajeno, alienante, inaccesible…
Y es así… en la confrontación entre el otro que soy y yo quién no soy… que saturo la arteria que conduce a mi dolor y me dejo caer en la muerte encapsulada en una lágrima, para acabar con lo que mi Otro sembró en mi de diferente, ajeno, alienante e inaccesible…
Es la muerte como castración, como corte, como angustia… Freud, indudablemente tenía razón…
¿La Luna como A?
Creo que en estos tiempos, sería el único A dispuesto a mostrarse completo por sólo un día, sin pena a mostrar la división en su dualidad por otros tantos días más, y sobre todo, la honestidad de mostrar el semblante de su fantasma en la totalidad de su ausencia, cuando es nueva y muestra su negrura… teniendo claro por supuesto, que en realidad no hay un lado oscuro y otro brillante en ella… es en realidad Toda Oscuridad… Pink Floyd, triste y dolorosamente tenía razón…
Al final del mundo… un pequeño otro se asomó tímidamente pero permaneció oculto en su oscuridad… y habló y se develó… sí… Luna siempre tuvo razón; aún cuando de momento se haya equivocado…
eric
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