miércoles, enero 31

To Women - as far as I'm concerned


The feelings I don't have, I don't have.
The feeling I don't have, I won't say I have.
The feelings you say you have, you don't have.
The feelings you would like us both to have,
we neither of us have.
The feelings people ought to have, they never have.
If people say they've got feelings,
you may be pretty sure they haven't got them.
So if you want either of us to feel anything at all,
you'd better abandon all ideas of feelings altogether.


D.H. Lawrence

miércoles, enero 24

Deep Blue


Manantial de mi delirio, casi cielo de luz aberno; casi río,
casi ya mi infinito, ya casi un mar, casi vacio y me llenas
existencia. Mar casi-casi océano... abismo casi puerta;
Principio y Fin del agua, Muerte y Vida en mi sexena.
Casi azul y siete, casi sombrio...Te respiro sin mis
olvidadas branquias, eres casi cielo dulce y sal...
Me llamas por mi nombre a morirme en tu casi
oculto abismo, casi diáfano, lleno de delfines
y ballenas. Me recordaste a aquél quien soy...
de donde devengo muerte. Casi origen... luz
hacia donde voy... Enigma fragmentada en
Nirvana Maya en polvo de venas, líquido
sexo casi cóncavo, ojo ausente, mirada
etérea: te penetro, me penetras... casi
todo, silencio, casi goce... murió por
un instante el dolor y el deseo, que
casi no regreso a la superficie de
mis penas. Respírame en tu luz,
fragméntame en un beso desde
tus siete bocas, que lo callen
casi todo, para casi llorar...
por la vergüenza de flotar,
de hablar, de casi soñar...
y acaso casi amar. A tus
años regresaré antes
de que mis casis se
desvanezcan una
locura, para de nuevo
recordarme tras el olvido
del que casi soy sin serlo
casi; pero por si acaso
en tu ocaso, desaparezca
el casi del Gran Todo de
la nada de los casis; mis
lágrimas ya dichas, te
inundarán de un azul
tierno, casi materno,
bello, casi inmenso.
Te abrazo con mi
caída casi vuelo,
con mi turquesa
herida, siendo
sin serlo, casi
tú...casi yo,
casi tuyo,
suspiro,
ciego,
bajo,
de
ti,
de
mi,
a
z
u
l
...
..
.
Variaciones de un poema de Miguel Hernández
al Cenote Siete Bocas

jueves, enero 11

Sustancia atemporal


31 dic 2006


...los concéntricos círculos comienzan a encontrar su engranaje en la tímida sombra que dejan los instantes...el planeta descansa en su giro cóncavo y a la vez convexo alrededor del solar sueño, pronto a ser despierto por la sed de evolución de tantos seres que lo habitamos en bella dualidad...


...el año tararea ya un dejo de agonía, pocos son los instantes que prosiguen a mi cuenta por pretender la sustracción de los momentos azarosos y determinantes, ante los cuales mis titubeantes pasos desandaban los caminos duditativos y temerosos; el dolor fue lo que marcaba su ritmo y dirección, también así, la necesidad de descansar en lugares en los que se pudiera soslayar la incesante re-sequedad en las venas, el tibio color de oporto coagulado y la textura febril de mis desquicios...


...transcurría un tiempo en el que mi mente se encontraba en un duelo a muerte con su propio temblor de resignar pérdidas y templos sin cimientos. Sinsabores en el que mi fe por recurrir al sentimiento más excelso, se encontraba colgando de un puente sin extremos, esperando solamente a que el viento la resquebrajara y la proclamara inexistente...


...el año empieza a de-caer, a de-venir; y junto con él los recuentos de instantes vividos, de los residuos corporales que hicieron borde en mi alma, en esos pliegues pulsionales que me constituyen como aquello de lo que no tengo recolección alguna, mucho menos un significante que lo inscriba...


...y justo en ese lugar de mi extraña topología, existe un pequeño agujero provocado por la más sublime de las ideas... un cierto anhelo inquietante, que no cesa de prolongarse en su fragil camino a constituirse deseo... una idea moldeada con las manos de mi pensamiento... una idea ideal de mi je... una ideal idea de mi moi...


...¿idea que se mantendrá sustancia o devendrá materia?


eric


sábado, enero 6

Sé es lleno de instantes para ser vacío de ellos


"...soy en el lugar donde se vocifera
que el universo es un defecto
en la pureza del no-ser..."

{A este lugar donde se vocifera esta impureza,
es a lo que Lacan llama goce...}

[como] "...aquello cuya falta
haría vano el universo".


Jaques Lacan


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Ayer caminaba nocturnamente por la playa, pude ver a la dama plateada en su llenura, postrada en un cielo juguetón, con sus nubes, estrellas y una que otra gaviota pasajera. El oleaje era de mercurio, como metal líquido reflejaba su descendiente claro, formando un silencio casí único. El instante fue de leve quietud, de vaivén en letras que se rendían al no necesitar formar palabras, mucho menos pensamientos... era el estar, un color nuevo; el ser, una tonalidad nueva.


Caminaba y era suspendido por la lunar mirada, sostenido por el infinito del camino acuático que me invitaba a llegar a ella.Ella como siempre, inalcanzable, aunque llena y al mismo tiempo vacía de promesas, vacía de suspiros, vacía de querer llamar la atención de complejas y falaces poesías...


El andar de mis pasos se volvía inerte, era un andar sin movimiento, sin deseo de necesitar, demandar, mucho menos desear llegar a algún lado...


Simplemente, aquél era el lugar al que había querido llegar desde dias enraizados en meses, a su vez, esculpidos en años...


En la minúscula parte oculta y mítica de una ola cóncava, apareciste; sin ser un pensamiento, ni siquiera una idea. Eras de la misma sustancia del paisaje. Paisaje que encontraba oportunidad de ser interpretado por la organicidad de mis neuronas.


Aquello era arte y un poquito más.


Aquello simplemente era un instante: efímero, irrepetible, irrevocable... Instante sustraído de mis locuras y de aquellas andanzas por querer llegar siempre a algún lugar, y terminar siempre en el mismo.


Posiblemente también para la Luna, una noche entera tan sólo sea un instante efímero, en el que por una brevedad, se presente a nosotros llena, plena, luminosa... Instante lo fue para mi también, el permitirle que su llenura vaciara mi pensamiento, lo vaciara con dulzura, y disculpen ustedes lo reiterativo - por una pequeñísima fracción de tiempo - , a todo mi ser...


Dicen por ahí, que detrás de la belleza, se encuentra la muerte. Es muy posible también, que detrás de un instante lo esté...


Cuando se habla de muerte, se habla de otra dama; una cuyo rostro se mantiene oculto, como el otro lado de la Luna. Por ella, el imperativo de que un instante, contenga en sí, al infinito en su brevedad; por ella el gran alivio de su pequeñez, porque tan solo nos permite espiar con otra mirada, lo que hay detrás, lo que hay del otro lado. Por ella también, el requirimiento cuántico de que en algo tan pequeño, algo tan inmenso encuentre un espacio, a un mismo tiempo.


A los instantes no se les encuentra... es inútil, y hasta pretencioso, emprender cuasi místicas búsquedas y erigir falsas doctrinas por querer sentir lo oceánico sin mojarse, sin contemplar si quiera el riesgo que implica el poder llegar a ahogar a la propia vida y al deseo en ellos...


Son los instantes pues, los que lo encuentran a uno. Llegan; como la vida y la muerte, puntuales a su cita. Inútil también querer dejar de sentir emociones, o de pensar o hacer cosas que supuestamente lo alejan a uno de la instantaneidad del instante.

Es gracias a lo que vivimos, sufrimos, dolemos, gritamos, lloramos, perdemos, morimos, luchamos y padecemos; en fin, gracias a lo que experimentamos como lo que somos y de lo que estamos hechos, que los instantes contrastan, tal como Luna lo hace en medio de tanta tanta oscuridad...


Desconfiar de aquellos que se disfrazan de instante y que ofrecen caminos rápidos para llegar a ellos a cambio de cumplir con una supuesta brújula de orientación, como si la bella experiencia de ser humano, significase estar perdidos...


Desconfiar de las publicidades, de las miradas, de lo que se encuentra encapsulado, que los instantes no se encuentran en lugares...


Desconfiar de cuando uno tenga la certeza de haber encontrado el "Camino", la "Persona", la "Doctrina", la "Práctica", que lo único que se ha encontrado es la forma de asesinar a la eterna búsqueda por lo que no se puede encontrar; la eterna búsqueda que es la vida, la eterna búsqueda por la muerte; y sabemos que ella, salvo valientes excepciones, es la que puntualmente nos encuentra...


... que nuestra vida esté pues, llena y al mismo tiempo, vacía de instantes...



miércoles, enero 3

Angostas Oraciones


Se supone que el mar
es la gran cosa.
Se supone que sabe
casi todo.

Que sabe a sal.

Pero en aquel momento,
en aquella, la precisa rompiente,
sólo nos dimos cuenta
de lo que estábamos viviendo
ella y yo.

Ella y yo.

Nosotros fuimos ella y yo.

Fue una cuenta muy larga
y los dos la pagamos.

Esa roca y la franja,
esa precisa ola enconcavada,
blanca de tanto azul.

Ese radio de ola continuada
que se partió para
partirme a mí la madre de la roca.
Esa ola
que hizo temblarme a mí.
La ola esa de la que estuve hablando.

Hablando de la piedra que se le enmarañaba.

Su muy flexible roca.

Que los demás regalen
mejores opiniones. Yo digo lo que izamos,
porque ella y yo anudamos
columnas vertebrales,
decimos acentos
y fuimos engranando
las voces que atraviesan.

(Y muy bonito y todo, pero en éste paréntesis
no puede respirarse.

-¿No puedes respirarme?
-No puedo respirarte
-Entonces nos ahogamos.

Ella y yo sí supimos
cómo fue el rompimiento.
Ahora voy a contarles:
entre otras razones fue cierto sol sonámbulo
y fue la insólita
porosidad que hicimos, que inventamos abierta
con nuestro movimiento,
la parte más extrema de este brazo
buscando nacimientos.

Nadie. Nunca más nadie que ella
podrá ocupar aquellos
movimientos.

Gracias a dos los dejamos callados.

No quisiera mover otros detalles.

Y le sugiero al mar que se retire.


Eduardo Cásar