miércoles, octubre 4

Duelo: dolor y desafío

Oscuridad bienaventurada; origen, lugar de bella espera. Sueños fetales de una vida a perder y venir del porvenir; pérdida del por-vivir. Latidos de un tiempo que me espera; espero soñando lo que aún no he visto, espero viviendo lo que aún no he perdido…


Mamá de los lugares, mamá de los espacios: ¿porqué es que te vas perdiéndome?, ¿porqué es que llegas perdiéndote? Negra soledad de un miedo ante lo que tu ausencia me condena, perderme en tu pérdida de no poder encontrarte, de no saberme, verme y llenarme…


La primera ausencia ha quedado atrás, salgo y vuelvo a nacer. Un mundo de fantasía y presencia;creo poder crear, juego a aparecer y desaparecer. Hola y adiós; me escondo y me encuentran, se esconden y los encuentro. Aprehendo a las ausencias y juego con las presencias. Magia inocente, vivaz, despierta…


El tiempo se esconde y transcurre. Me pierdo en ya no ser aquél que jugaba; el tiempo me encuentra y crezco dejando atrás alegrías e instantes, lugares y sonrisas. La vida pierde su sencillez y mi cuerpo cambia mientras pierdo fantasía. La realidad me pierde y me pierdo buscándome…


Búsqueda…eterna búsqueda por aquello que no puedo encontrar, más sin embargo lo encuentro. Diversión en el afuera porque no me interesa el adentro; adolezco. Aquí y allá encontrando señuelos, amigos y lealtades; confianzas y nuevos ademanes. Ignoro lo que soy y me invento, aborrezco lo que me imponen y me rebelo. La vida es tan sólo este momento…


Me encuentro perdiéndome; fugacidades de supuesta libertad quedan atrás. Ideales decepcionantes, el espejo ya no me saluda. Momentos confusos de ilusiones resquebrajadas; si ni siquiera sabía contra quien me rebelaba. Soledad... soledad... ¡soledad!...


Continúa la búsqueda y me he encontrado con un espejo; me he encontrado afuera, en esa mirada y en su voz. Es quien había estado esperando todo este tiempo. Mi vida es otra a su lado, con tan solo caminar de las manos. Me he enamorado hasta el dolor; vivo para el amor y su reflejo…


Abandono que duele por haberme perdido con lo que se fue. Ya no estás… ¿¡Porqué!? Los pétalos se han vuelto espinas, las palabras fueron siempre huecas. Ausencia paralela en la espiral de esta sucesión de muertes sin ti. Ya no estás; el tiempo se ha detenido y ya no importa si el segundero se ha congelado como yo…


El ocaso ha llegado y acaso ya es de noche de agonía. Ahí yace la vida despidiéndose de la mía, te vas y ahora es por siempre. Inevitable momento sin saber cuan dolorosa será tu partida; me dejas vivo y me mueres con tu ausencia. No hay palabras cuando el cuerpo es el que duele. Vida me dueles, vida me mueres; adiós…adiós para siempre…

El inmenso peso tras la agonía tuya, me ha vaciado y respiro vacío. Desprotegido, ¿a dónde te has ido? Si lo Real de tu partida me ha quitado realidad y dejado sinsentido. Negrura inoportuna que desgarra mi estar, mi existir; negrura que me confronta con mi propio fin…


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