sábado, mayo 9

Vacíos




Había una vez un vacío que respiraba un anhelo. 

Soñaba con encontrarse de ti lleno y vaciado de sí.
Llegaste con tu llenura a vaciarme. 
Con ese tu vacío llegaste a llenarme. 

Rebosaste mi ombligo metafísico con tu necesidad de plenitud
y tu necesidad de falsas llenuras.
Por un instante borré tu temor a la nada. 
Sin esa llenura tan vacía de miedo, te sentí.
Sin embargo,  continuabas llenándote, vaciándome.  

Hoy tan sólo soy un vacío vaciado de ti. 
Una saturación de ausencias tan llenas de ti. 

Hoy es la náusea la que me llena y se repite, 
hoy es el vértigo quien me vacía 
y desea purgarte del hueco de mis ojos.

Frente a mí, 
el vacío solo se llena con vacíos. 
Así respiro.
Frente a mí, éstos árboles.
Frente a mí el borde de mis ojos se vuelve arena. 

Frente a ti, esta marea de lágrimas sobre el horizonte. 

Frente a nosotros, el recuerdo de las flores.

Azul, verde y este gris. 

Así me llenas y así me vacías.

¿Qué tendría yo que hacer, 
para llenarme del vacío de tu recuerdo? 

Mizpah

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