miércoles, enero 24

Deep Blue


Manantial de mi delirio, casi cielo de luz aberno; casi río,
casi ya mi infinito, ya casi un mar, casi vacio y me llenas
existencia. Mar casi-casi océano... abismo casi puerta;
Principio y Fin del agua, Muerte y Vida en mi sexena.
Casi azul y siete, casi sombrio...Te respiro sin mis
olvidadas branquias, eres casi cielo dulce y sal...
Me llamas por mi nombre a morirme en tu casi
oculto abismo, casi diáfano, lleno de delfines
y ballenas. Me recordaste a aquél quien soy...
de donde devengo muerte. Casi origen... luz
hacia donde voy... Enigma fragmentada en
Nirvana Maya en polvo de venas, líquido
sexo casi cóncavo, ojo ausente, mirada
etérea: te penetro, me penetras... casi
todo, silencio, casi goce... murió por
un instante el dolor y el deseo, que
casi no regreso a la superficie de
mis penas. Respírame en tu luz,
fragméntame en un beso desde
tus siete bocas, que lo callen
casi todo, para casi llorar...
por la vergüenza de flotar,
de hablar, de casi soñar...
y acaso casi amar. A tus
años regresaré antes
de que mis casis se
desvanezcan una
locura, para de nuevo
recordarme tras el olvido
del que casi soy sin serlo
casi; pero por si acaso
en tu ocaso, desaparezca
el casi del Gran Todo de
la nada de los casis; mis
lágrimas ya dichas, te
inundarán de un azul
tierno, casi materno,
bello, casi inmenso.
Te abrazo con mi
caída casi vuelo,
con mi turquesa
herida, siendo
sin serlo, casi
tú...casi yo,
casi tuyo,
suspiro,
ciego,
bajo,
de
ti,
de
mi,
a
z
u
l
...
..
.
Variaciones de un poema de Miguel Hernández
al Cenote Siete Bocas

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