martes, enero 1

Espejeándonos




No es sin la mirada de ese otro primordial,
cuyos matices darán características particulares
a la estructuración del sujeto,
ni sin su palabra que nombra al niño del espejo
con su nombre propio,
que el sujeto se constituye.

Pero ¿qué pasa luego con esa palabra que nombra al sujeto
y con esa imagen total a la que se identifica?


J. Lacan

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De nuevo el tiempo, de nuevo los doce silencios entre campanadas...

Hace unas semanas, pude escuchar un eco resonando en una de las reflexiones de mi querido compadre Luis Aurelio, alias "el freak", con quien tuve el honor de compartir unas palabras este año, en aquel paraíso turquesa... creo que compartimos la misma inquietud y confusión acerca de un tema que nos confrontaba a ambos: el "qué-ser" y el "qué-hacer" de nuestras existencias... y la ética que ello conlleva en relación a lo que somos-hacemos-tenemos...

Tal vez a algunos de ustedes les pudo llegar a su correo, aquellas reflexiones escritas bajo el título de "Pensamortis", son estas reflexiones escritas con un lenguaje y estilo, del que yo tan solo me resigno a un lugar de aspiración literaria... me permito pues, transcribir un fragmento de aquél escrito, agradeciendo y apreciando el reflejo de sus palabras, y sobre todo, de su experiencia, la cual, al fin y al cabo fue la que motivó en él la inscripción de las siguientes palabras...

"Con el modelo occidental puedes escoger que lo más importante en tu vida sea tener bienes materiales y eso sea lo que te define, claro que tendrás que procurar que lo que hagas te resulte en mucho dinero aunque eso signifique trabajar en algo que tal vez no te haga feliz y muy probablemente vivas estresado y al final lo que resulte de tu persona será el resultado de tus primeras dos prioridades, por supuesto así es más difícil conocerte a ti mismo.

En el método oriental propone que primero seas o existas como persona y te conozcas (...) de acuerdo con tus habilidades, es como eliges tu profesión o tu hacer y al final lo que resulte de tu personalidad y oficio serán tus bienes materiales o el tener."

Comparto aquí mi reflexión, lejos de escribir un choro mareador que pretenda convencer; simplemente escribo con la intención de compartir con ustedes, seres acompañantes de mi camino y reflexionar un poco en este cierre de año...

2007, "el año del delfín", anunciaba una estación de radio que cumplía también mi edad... el año del atravesamiento del espejo... el año de los encuentros y los desencuentros... un año bipolar, fronterizo, de coquetear con el borde de un abismo y de ir pisando un adoquín hecho de humo bajo mis pies, en la tarea de construir un puente que me lleve a otra esquina del tiempo...

No sé ustedes, hermanas, hermanos... pero creo que en este año, se ha abierto un telón que ha develado un espejo. El cristal translúcido y al mismo tiempo opaco, se ha puesto en el justo medio entre la humanidad y en el justo medio de nuestras conciencias... ¿de qué lado del espejo nos encontramos? como personas, como país, como humanidad.

-Primero quiero que me digas en qué mano tienes la naranja.
-En la derecha -contestó Alicia.

- Ahora- dijo Carroll- fíjate en el espejo y dime en mano tiene la naranja la niña que ves en él.
-En la izquierda- dijo Alicia.

-¿Y cómo se explica eso?- le preguntó Carroll.
La niña se quedó dudando, pero al fin dijo:
-Si yo estuviera al otro lado del espejo,
¿no es cierto que naranja seguiría estando en mi mano derecha?
-¡Bravo, mi pequeña Alicia! -exclamó Carroll
¡Es la mejor respuesta que he recibido hasta el momento!

Creo que la mayoría acá hemos experimentado esa poderosa sensación de entrar a una tienda departamental, o en algún lujoso restaurante, o en un antro-bar de moda, sintiendo esa mirada que nos hace sentir el alivio de que por fin, hemos logrado "ser alguien". (Lo que tengo y lo que puedo adquirir, así me lo confirman.)


O aquella sensación de una piel en nuestras pupilas que nos llena la existencia de gozo, respiramos el pensamiento de que por fin, "somos" para alguien.
"El amor es este viaje inútil, pero muy suave, al otro lado del espejo".

O aquella experiencia de pararnos frente a un espejo, arreglándonos, tratando incansablemente de que la imagen de nuestra cabeza de nosotros mismos pueda coincidir con la que vemos en el espejo. Gel, maquillaje, ropa, joyas, bufandas, mantras, colorantes, pierceings, pensamientos positivos, en fin... lo que sea...

"Se afeitará después ante un espejo
que no volverá a reflejar-lo
y le parecerá que ese rostro
es más inescrutable y más firme que el alma que lo habita
y que a lo largo de los años lo labra".


Si… ese espejo, que si nos quedamos en su superficie, nos convence de que eso que vemos-somos, eso que ven en uno, somos...

Y es que la ilusión óptica del espejo es tan profunda, tan seductora y enigmática que resulta en una sensación mucho más real que la figura desde la cual se produce.

Pero ¿qué pasa cuando el espejo se vuelve líquido y nos atrevemos a atravesarlo? averiguar insólitamente lo que está del otro lado.


"Let's pretend there's a way of getting through into it, somehow, Kitty.
Let's pretend the glass has got all soft like gauze, so that we can get through.
Why, it's turning into a sort of mist now,
I declare! It'll be easy enough to get through
-- ' She was up on the chimney-piece while she said this,
though she hardly knew how she had got there.
And certainly the glass was beginning to melt away,
just like a bright silvery mist.
In another moment Alice was through the glass…"


Ese translúcido cristal que nos tienta a conocer de una manera cabal lo que somos; atravesar el espejo, para ingresar a un mundo confuso y extraño, un mundo en el que representamos de forma simbólica a nuestro propio - yo -.

El espejo como una herramienta mágica que nos permite ingresar a esa otra dimensión del conocimiento, una dimensión de nosotros mismos, digamos oscura, anversa, pero no por ello oculta... siempre visible, presente, audible, que como una banda de moebius se entre-deja ver incansablemente.

El espejo como un profundo y brutal reflejo del yo, que va más allá del mostrar una reproducción ilusoria de nuestros rasgos físicos, o de nuestros ideales o de eso que pretendemos ser para los demás para recibir algo a cambio.

El espejo como una puerta de entrada hacia otro espacio con características de irrealidad, hacia el abismo sin fondo de lo negro ilimitado. Ir más allá de esa superficie lisa, en donde las imágenes que me constituyen, funcionan como una red protectora para que la vida continúe de forma funcional y productiva.
El espejo como un instrumento de deconstrucción del yo y de su doble, como reflejo del ser que es la sombra de sí mismo, lo familiar conocido y al mismo tiempo lo siniestro.

"El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe".

¡Aaah! pero asomarse al espejo implica un juego peligroso. Esto implicaría que el yo se abismara hacia un fondo cuyo interior es letal. El espejo aparece como lugar de muerte, de cenizas, donde queda contenido ese referente que nos conecta con toda vivencia de pérdida. Por ello, el terror de atravesarlo, de quedarnos en la nada, aún sin aquello que nos ha tomado toda la vida construir: nuestro yo.

Mediante un espejo, el yo que creemos ser, aparece/desaparece, se ausenta/desdobla, cualquiera de los casos: peligro de muerte.

El espejo, lugar donde se confunden todas las imágenes. Lugar de pasaje hacia lo otro, hacia otro espacio irreal, maravilloso y también horroroso. En este sentido el espejo se presenta como un espacio des-realizante:

¿Es acaso que esa misma duplicidad, provoca en nosotros una búsqueda de un algo-alguien que nos permita resolver el problema de sabernos divididos? ¿incompletos?

Pero que tal si descubrimos que ambos yo, (el yo-"real" y el yo-espejo) son al final espejos ambos; fatigados, maltrechos, en duelo a muerte, reflejándose entre sí incesantemente, ¿qué puede ser nuestra guía en esta búsqueda de ojos cerrados? ¿hay acaso un lugar en donde todos los reflejos se ausenten? ¿puede llegar a ser acaso nuestra guía, un reflejo de lo que no somos y de lo que dejamos en forma de claridad en las personas que nos han conocido?

"en algún punto de la tierra, está el hombre que es igual a esa claridad".

La vida como un recorrido en el que uno atraviesa la cortina de cristal, para vivenciar tan singular reencuentro, entendiendo que en el momento en que de niños nos encontramos por primera vez con nuestra imagen, es el momento en que comenzamos a ex-sistir para nosotros mismos y para los demás, y al mismo tiempo: el momento en que nuestro yo es rasgado en dos, (en algunos casos: en múltiples pedacitos, en otros casos la división es refutada y se pretende ser Uno, etc.) es decir, queda divido.

Y es que no hay de otra forma, nos conocemos a través de reflejos, simples siluetas de luz. Conocemos a través de fantasías, nunca el conocimiento en sí de las cosas.

A través del espejo, encontramos la presencia de objetos invertidos y situaciones peligrosas por las que uno transita. La lógica desde donde se organiza toda nuestra vida, se rompe. Y el viaje hacia el otro lado significa deconstruirlo y perderlo todo. Al otro lado, los espejos están rotos.
"Con la tarde un hombre vino
que descifró aterrado en el espejo
de la monstruosa imagen el reflejo
de su declinación y su destino"

Es, en los espejos, en donde nos damos cuenta que el presente no existe, el instante es solo una ilusión inasible, "el aquí y el ahora": invención de ingenuos.

Todo es un pasado inconmovible o futuro inseguro. Los espejos sólo reflejan, en consecuencia, nuestro pasado, jamás atrapan el segundo en que uno se contempla:

"El rostro que se mira en los gastados espejos de la noche, no es el mismo".

Y así toda la historia, nuestra historia... la última imagen, la última palabra es lo que brinda un sentido retroactivo (hacia atrás), de todo nuestro pasado.
"En los minutos de la arena creo
sentir el tiempo cósmico: la historia
que encierra en sus espejos la memoria"


Y de mi memoria cosecho recuerdos, segundos instantes, palabras, miradas... música y silencios, miedos, dudas... en fin: todo lo que significa esta vidamuerte de la que tuve el privilegio de compartir con cada uno de ustedes, en este año. Infinitas gracias, por un año más, por acompañarme en ésta búsqueda por el significado de mi nombre...


Eric


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p.d. y ya que en el 2007 nos deschabetamos todos,
pues que este 2008,
sea el año del jar8! del tepor8!
el año del desde aquí te abr8! y que haya de to8! mor8!




- fragmentos de Alicia a través del espejo de Carroll,
poemas de Pizarnik y Borges.
ah! y un fragmento de Edipo Rey, del buen Sófocles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es un placer como siempre leer-te y formar parte del azul de tu mente y tu corazon gracias por permitir verme desde tu entendimiento para mi autoconocimiento es increible tener un compañero de viaje tan especial como tu