viernes, febrero 10

Serpiente - percepción escrita -

Una máscara que siempre me ha usado, se desprende ante mí, y en el abismo entre los rostros; uno de piel plastificada y el otro de plástico humanizado, se descubre la bella carencia de necesitar defenderme en mi esencia enmascarada, al quedar sumergido de letras que han formado todos los nombres que he pretendido sostener en un lenguaje que no es el mio... dentro de un sistema que yo no diseñé... enredado en reglas y patrones que surcieron mi piel...

Pero hoy la posibilidad es otra, la de contemplar mi máscara en su bello engaño y seguirla usando sin que me use... la de incendiar las letras y su vano significado y apropiarme de la sensación del fuego y nombrarme transformación... la de ondularme en un camino serpenteante e incierto hacia la tenue transición de un desierto de duelos y un río de reencuentros...

Pero la piel se quema en la arena del recuerdo y muere en la nostalgia de un sueño apuntalado en necesidades ficticias... cuando la piel externa se desprende, la máscara ni se inmuta al saber que con el tiempo el miedo se encargará de regenerarla... pero cuando se cierran los ojos para abrirlos, cuando el afuera es el adentro; entonces la piel interna se desgarra y la máscara grita ignorando que su mismo grito desata el nudo final y previo al despojo de lágrimas...

Lágrimas que intentan ser la nueva piel líquida, imitando aquél río lejano pero interno, translúcido pero azul... río pero océano... y todo es bello; y todo llora... llora la piel vieja que cae y llora la piel nueva que se sabe ideal... llora el azul por no poder derramarse en transparencia... llora el río en su cauce eterno hacia el océano y llora el océano en su insoportable inmensidad; resignándose en sus olas y mareas infructuosas en su intento absurdo de regresar a su origen infantil de río...

¿Cuándo comprenderá que siendo océano, sus lágrimas se mojan y cesan, su azul se ilumina de ilusión y su realidad se torna translúcida?

¿Cuándo aceptará que su pequeña inmensidad encierra su inmensa pequeñez de río?

Al final, todo es bello...

Abrir los ojos.

La humana necesidad de usar una bella máscara.

Expresar lo inexpresable en un lenguaje que duele en su incompentencia de comunicar las posibilidades del silencio.

El silencio que espera las muertes venideras para que la ausencia de pieles y de máscaras le permitan hablar sin palabras vestidas de la misma piel y de la misma máscara.

Silencio... tan solo silencio esperando el tiempo de hablar sin dejar de ser silencio...

eric

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